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lunes, 7 de mayo de 2018

Kuba: "Mi padre fue el asesino".

Ante cada instante de alegría, un chasquido. Y dos dedos señalando al cielo. La misma escena repetida tras su gol con Polonia ante Ucrania. O ya en octavos frente a Suiza. Es inevitable el recuerdo. Ante una vida que no fue. Ante una vida arrebatada por ese implacable demonio al que llaman violencia de género. Jakub Blaszczykowski (Czestochowa, 1985), conocido simplemente como Kuba, tuvo a Anna, su madre, en brazos mientras se desangraba hasta la muerte. Su padre, Zygmunt , acababa de asestarle varias puñaladas en casa. Kuba sólo tenía 11 años. «Durante mucho tiempo, cuando se sentaba a la mesa con el tenedor y el cuchillo frente a él, decía que el cuchillo sería para su padre cuando saliera de la cárcel», explicaba la abuela de Kuba, la misma que no dudó en criarlo junto a su hermano mayor. Todos esos recuerdos brotan ahora porque así lo quiso el futbolista, necesitado de una liberación avanzada en 2012, y ahora completada con la publicación de su autobiografía. Su padre, condenado a 15 años de prisión,Y y la cirrosis le consumieron. El futbolista acudió a su entierro. Kuba, de niño, dejó el fútbol durante un tiempo. «La experiencia me sacudió. Hasta los 15 o 16 años fui muy pequeño, sólo medía 1,55. Todas las emociones las tenía muy adentro. No las podía sacar. Era difícil con esos recuerdos en la cabeza. Sólo cuando estás preparado para aceptarlo, puedes dar un paso hacia adelante», recordaba en una entrevista a 'Die Welt'. Su tío, Jerzy Brzczek , ex capitán de la selección polaca y plata en Barcelona '92, le ayudó a que viera en el fútbol una salida. Kuba lo logró. Triunfó en el Borussia, luego probaría suerte con la Fiorentina y ahora participa con el Wolfsburg. Y con Polonia, continua señalando al cielo.